Merci Silva-Acosta
University of Las Vegas, Nevada
En la rica tradición hispana literaria en el mundo, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha se destaca como una de las obras más relevantes e influyentes. Publicada en dos partes en 1605 y 1615, esta novela de Miguel de Cervantes ha perdurado a lo largo de los siglos y continúa siendo objeto de innumerables estudios críticos y análisis literarios que buscan desentrañar su forma, tono y significado. Solo para mencionar de lo que se trata en forma breve y superficial, esta obra nos presenta las aventuras caballerescas de Don Quijote y Sancho Panza, su escudero, siendo ambos los personajes principales que se embarcan en una interesante travesía en la que se encuentran con otros personajes que moldean la historia de una manera cómica y a su vez un tanto compleja. Entre los varios temas que se interponen y se han estudiado dentro de esta travesía se observan la locura, la religión, el sarcasmo, la aventura, e incluso críticas a la sociedad y religión de la época, y muchos más que son imposible nombrar en una sola oración.
Dentro de esta vasta complejidad, una de las materias que ha sido analizada desde diferentes ángulos y perspectivas es el ingenio, más detalladamente el del escritor y su personaje Don Quijote, pero es importante notar que “el protagonista y Cervantes no son los únicos que destacan por esta característica” (Larubia-Prado 345). De hecho, resulta interesante la lectura del ingenio del cura en la primera parte del Quijote, particularmente en su astucia de crear toda una historia para rescatar al personaje Don Quijote de Sierra Morena. Por su parte, también se nota el ingenio de Don Quijote desde un punto de vista diferente que el usual estudio de la locura, es decir, en su capacidad de inventar historias y salir airoso de líos. En la presente investigación se realiza un análisis comparativo entre el ingenio exhibido por Don Quijote y el demostrado por el cura en la obra cervantina. Aunque ambos personajes muestran ciertas deficiencias en su enfoque, su capacidad para idear tramas y resolver conflictos emerge como un elemento central en el desarrollo narrativo. Además, se argumentará que el ingenio del cura, en ciertos contextos, se revela como más efectivo que el de don Quijote, ejerciendo una influencia más significativa en el devenir de la historia. Para lograr este propósito, se estudiarán ambos personajes en los capítulos 23 hasta el 51 de la primera parte de la obra maestra de Cervantes.
Para poder entrar en el tema, primero se establecerá el marco teórico desde la significancia del vocablo “ingenio” durante el siglo XVII que es cuando Cervantes escribe el Quijote, para así aplicar este concepto y analizar cómo se observa en ambos personajes de la obra literaria. Esta parte es crucial, ya que “ingenio” en la Edad Media en España tenía un sentido distinto al que conocemos hoy en día. Una vez que se establezca este marco teórico, se analizará cómo utiliza Don Quijote tal ingenio en la aventura de Sierra Morena, y cómo ese mismo ingenio hace que se quede de alguna manera atrapado, y, por otro lado, el ingenio del cura en toda la historia que se inventa en ese mismo lugar, logrando rescatar a Don Quijote. Dentro de los muchos autores y textos de caballería que influenciaron la escritura de Cervantes en la creación del Quijote, Juan Huarte y su estudio Examen de ingenios, fue uno de los que determinaron las muchas características que posee la narrativa de la obra, el personaje de don Quijote y el modo en que Cervantes cuenta la historia. Durante el siglo XVI, Huarte publica su obra en la que argumenta que, hasta ese entonces, el ingenio no había sido estudiado en profundidad, particularmente con mención a las distintas clases de ingenio que se pueden estudiar en los seres humanos y como tal ingenio se aplica a la medicina y las artes, entre las ramas más importantes (Huarte 23). Los estudios anteriores a Huarte durante este mismo siglo, que habían interpretado el significado de ingenio, se valían de las ramas filosóficas, tal como Orobitg plantea:
El ingenio era considerado como una capacidad de percibir y entender adecuadamente la realidad, convirtiéndose incluso para ciertos autores en sinónimo de entendimiento. El ingenio era una facultad descifradora, que permitía leer el gran libro del mundo. Dicha concepción se revela por ejemplo bajo la pluma de Juan Luis Vives (que define el ingenio como “[el] vigor y fuerza de nuestro entendimiento”) y de Fernando de Herrera: “Ingenio. Es aquella fuerza y potencia natural y aprehensión fácil y nativa en nosotros, por la cual somos dispuestos a las operaciones peregrinas y a la noticia sutil de las cosas altas”. (s/p)
En su obra Examen, Huarte amplía y cambia el significado de “ingenio”, el cual el autor pone como punto importante y principal en el primer capítulo de su libro: “el nombre ingenio desciende de uno de los siguientes verbos latinos: gigno, ingigno, ingenero, y de la cual parece descender directamente del último…” (Huarte 19). Partiendo de este significado, Huarte revoluciona las ideas acerca del ingenio y de la función de la mente en su época yendo, de muchas formas, en contra de los conceptos anteriores (de Platón, Sócrates y otros filósofos), ya que relaciona el ingenio con la imaginación y a su vez con la memoria (particularmente con la “ingeniería” del invento), y propone que “el ingenio tiene la capacidad independiente de engendrar conceptos inéditos, nuevas ideas y representaciones” (Orobitg s/p). Es decir, el ingenio va más allá de la capacidad de entender la realidad, para también crearla y fabricar elementos que no necesariamente sean reales o irreales, tal como las obras literarias que Huarte pone como uno de los máximos productos del ingenio. Es importante además mencionar que hay muchos estudios que han interpretado y estudiado el ingenio en el libro de Cervantes, entre los que se destacan dos: uno de Francisco Rico que aplica el concepto de Huarte para argumentar que el personaje don Quijote no era nada ingenioso y que el ingenio de Cervantes se basa en lo mero humorístico, y por otro lado, el autor Guillermo Serés que se apoya en parte en el trabajo de Huarte para conceptualizar que el ingenio como “la fecundidad de la inteligencia y su capacidad para engendrar conceptos o figuras que representan a la naturaleza, desde un punto de vista científico” (Calero 143). Hay otras interpretaciones, pero se discrepa de estos análisis ya que el estudio del significado del texto y la forma narrativa del Quijote debería resumirse más a su relación con los estudios de la época, a menos que se busque hacer una comparación con obras y conceptos de estudios que vinieron después o de demostrar cómo evolucionó el concepto de ingenio en cierto periodo. Por su parte, este marco teórico se centrará en usar la significancia de ingenio desde el punto de vista de Huarte tomando en cuenta otros estudios para debatir y apoyar que el ingenio aplicado en la obra de Cervantes fue un concepto revolucionario en su época y es algo que aplica el autor en su estilo de escritura y en la caracterización de los personajes. Esto es relevante con este estudio porque se busca analizar el ingenio a partir del concepto que tenía en la época que Cervantes escribe su obra y a su vez porque difiere del estereotipo de “locura” apropiado por varias investigaciones.
Recapitulando lo discutido con anterioridad, Huarte inicia una evolución en la interpretación del ingenio con sus ideas, y este concepto ha sido estudiado en muchas interpretaciones, por ejemplo, se concuerda con la deducción que hace Orobitg en su estudio del autor:
El ingenio constituye una de las manifestaciones de la physis, que genera constantemente nuevas criaturas, se ve dotado de un poder de creación que le permite engendrar nuevos objetos mentales […] Es precisamente la libertad de inventar e imaginar la que Huarte encumbra en su tratado […] en el capítulo V del Examen de ingenios (VII de la edición reformada), Huarte exalta con la capacidad de crear nuevos objetos, nuevas ideas, nuevos caminos. (s/p)
Es este concepto el que se nota en el texto del Quijote y en sus personajes, y es el que se usará para analizar la comparación en este ensayo. En resumen, el análisis del marco teórico del significado de ingenio en el siglo XVI revela no solo su evolución y revolución semántica, sino también su profunda influencia en la cultura y el pensamiento de la época, destacando su papel central en la comprensión de la creatividad y la influencia que tuvo en el Quijote de Cervantes.
Aparte del marco teórico, también es importante entender la época en la que Cervantes desarrolla su obra maestra, así como el papel del cura (licenciado) y del caballero andante en la sociedad, y cómo se traducen y reflejan esos comportamientos en la literatura del siglo XVII. Denominado El Siglo de Oro debido al metal precioso que se llevaba de las Américas hacia la Península Ibérica, tanto Europa como España estaban pasando por cambios en avances en la ciencia, reformas políticas y sociales seguidas por la muerte del Rey Felipe II, y el control y censura religiosos por medio de la Inquisición, solo por mencionar algunos de los más sobresalientes (Díez 134-140). También ocurre una evolución literaria en la época, de la cual destacan muchos autores de renombre como Lope de Vega, Ledesma y Góngora, entre los más destacados, pero no los únicos, y la importancia de los romances en la literatura (Díez 125). Entre estos autores sobresale Miguel de Cervantes Saavedra, cuya obra Don Quijote contiene los elementos sociales y políticos mencionados en varios de sus personajes y también en sus aventuras. Como en este ensayo se estudian solo al cura y a don Quijote, entonces brevemente se presentarán a estos dos personajes y su imagen dentro del contexto social y literario del siglo XVI representado en la obra de Cervantes. Una de las interpretaciones más estudiadas es la del caballero, quien representa una especie de ironía jocosa hacia los libros de caballería y en la que su personaje resalta por ser un hombre mayor que lee muchos de esos libros (al punto de obsesionarse con convertirse en caballero andante); a su vez caracterizado por una impulsiva y confusa “locura”. Cervantes creó el personaje como loco y usa un contexto jocoso, a modo de lograr hacer una crítica social, política y religiosa de España del siglo XVI sin correr el riesgo de ser censurado (Gacto 16-17). Es decir, Cervantes se sale con la suya y toma el personaje del hidalgo caballero para denunciar varios temas de crítica a la sociedad y religión de la época. Algo parecido ocurre con el personaje del cura, Pero Pérez, también llamado el licenciado; un hombre que constantemente trata de restringir lo que hace Don Quijote por medio de la quema de sus libros de caballerías y otros artificios que inventa para que el hidalgo no salga a sus aventuras (Cervantes I, 5). El personaje del cura en la primera parte del libro es pintado por Cervantes como un hombre sensato, discreto, que rige en la moral y acata las normas religiosas impuestas a la sociedad (Díez 140), lo cual se aprecia en sus acciones e intervenciones hacia el protagonista y el constante enfrentamiento a su ‘falta de juicio’. Para cerrar, ambos personajes además de mostrar ingenio también representan partes importantes de la sociedad del siglo XVII en España, y sus construcciones son algo que Cervantes supo retratar de manera muy sutil e inteligente en su obra.
Ahora que el marco teórico y el contexto han sido establecidos, se desarrollará el tema de la manera en que la destreza para orquestar tramas y solventar conflictos se manifiesta en la primera parte de la obra cervantina. Se toman como punto de arranque los capítulos de la entrada en Sierra Morena para demostrar cómo el ingenio de don Quijote contribuye a crear la aventura, construye una historia y eventualmente lo mete en líos, uno de los cuales lo deja atrapado dentro de su “ingenio”. Después de escapar de la Santa Hermandad, don Quijote y Sancho entran a la Sierra Morena, en que la voz narrativa cuenta que don Quijote empieza a imaginar todas las aventuras que en ese lugar le esperan, al igual que suceden en los libros de caballerías, y que podrá encontrar, cuando de pronto se encuentran con una maleta abandonada, de la cual el caballero andante extrae un libro de memorias (Cervantes I, 23). Al leer el diario, el protagonista maquina una invención para ubicar al autor de dicho libro, adentrándose así más en la Sierra Morena, ya que queda fascinado con los poemas dentro del diario e imagina que el autor debe ser un enamorado igual que él.
En su estudio sobre el ingenio y la cordura, Verónica Vivanco menciona que “el estado de la cordura se asocia con el estado práctico de la vida de Sancho y la locura se asocia con el estado de don Quijote” (94), y aunque esta es una posibilidad, se debate que el caballero (con su ingenio) es quien guía a Sancho en la aventura de encontrar al autor del diario porque eventualmente lo consigue, pero no sin antes pasar por ciertas peripecias. Ya que cuando el autor del diario, apodado el “Roto” y cuyo nombre es Cardenio, cuenta su historia a Don Quijote, solo para interrumpirle, este provoca que Cardenio huya (Cervantes I, 24). En el camino, Sancho cuestiona las decisiones de don Quijote e incluso se quiere regresar a su aldea y no ser más su escudero, pero el protagonista le dice a Sancho algo que ya está fabricando con su ingenio:
Te hago saber que no solo me trae por estas partes el deseo de hallar al loco, cuanto el que tengo de hacer en ellas una hazaña con que he de ganar perpetuo nombre y fama en todo lo descubierto de la tierra; y será tal, que he de echar con ella el sello a todo aquello que puede hacer perfecto y famoso a un andante caballero. (Cervantes I, 25)
A este punto, no se sabe qué inventará el caballero, ya que no parece tener un plan, sino que está confiado en que su ingenio lo guiará a encontrar alguna aventura que será digna de los caballeros andantes. La explicación que da a Sancho demuestra el liderazgo en el ingenio de Don Quijote y coincide con el estudio de Huarte en cuanto a los tipos de ingenio, “las ideas de Huarte oponen dos clases de ingenio: los ingenios inventivos, similares a las cabras, y los ingenios ‘oviles’, que se contentan con seguir a los modelos, los referentes” (Orotibg s/p). Por otro lado, en esta misma historia, se muestra que Don Quijote posee también el ingenio ‘ovil’ (de los que son seguidores) porque le explica a Sancho que quiere imitar a los caballeros don Roldán y Amadís en sus hazañas (Cervantes I, 25), es decir, el ingenio del caballero andante se apoya en otros referentes que son sus guías, y a su vez se podría deducir que el uso del ingenio en la narrativa de Cervantes se basa en parte en los dos tipos de ingenio estudiados por Huarte. Es notable que en lo que continua de la historia en Sierra Morena, el ingenio de Don Quijote falla ya que lo usa para tomar la decisión de quedarse en ese lugar a hacer una penitencia y manda una carta a Dulcinea por medio de Sancho para así probarle que es digno de ella, emulando de alguna manera lo que Cardenio le ha contado acerca de su aislamiento del mundo y su locura por pena de amor. Es más, esta acción se puede interpretar como la falta de juicio, ya que muchos estudios han relacionado que el ingenio y la locura pueden ir de la mano, pero en este trabajo se busca apartarse de la locura y más bien examinar que el protagonista manifestaba diferentes tipos de ingenio (a veces vasto, a veces falto de este), y se respaldará en lo planteado por el Dr. Huarte:
Cuantas diferencias nazcan de ingenio, por razón de la intención de cada una de sus cualidades […]: las acciones del entendimiento, de la imaginativa y de la memoria […] pero el que quiere considerar otras tres diferencias de ingenio, hallara que hay unas para las contemplaciones claras y fáciles del arte que aprenden, pero metidos en las oscuras y muy delicadas es por demás tratar con buenos ejemplos que hagan otra tal con su imaginación porque no tienen capacidad. (241-42)
¿Entonces es don Quijote falto de ingenio en algunas acciones, como en la decisión de quedarse en Sierra Morena? No necesariamente, más bien esto demuestra que su ingenio posee una perspectiva distinta y que en algunas instancias no tenía cierta capacidad y por consiguiente fallaba. Es este uso del ingenio en la narrativa que hace a la creación de Cervantes tan única, ya que don Quijote toma las riendas de su propio ingenio y manipula la historia a su favor, creando una solución a sus disparates. Huarte también menciona este punto al cerrar su capítulo en cuanto a los efectos de los ingenios de las ‘cabras’ (los líderes) y los ‘oviles’ (los seguidores): “Conviene que haya en las letras humanas algunos ingenios caprichosos, que descubran a los entendimientos oviles, nuevos secretos de naturaleza, y les den contemplaciones nunca oídas, en que ejercitarse: porque de esta manera van creciendo las artes y los hombres saben más cada día” (246).
Es así como se puede relacionar que el ingenio de don Quijote, aunque resulta en quedarse atrapado en Sierra Morena y aunque fue tildado de locura por el narrador y el mismo protagonista (Cervantes I, 25-26). A su vez, esto ofrece una figura distinta que le brinda la oportunidad de aprender a ser líder de su historia, lo cual se aprecia en su firme decisión. Entonces, ya que Don Quijote estaba decidido a quedarse y hacer una penitencia, Sancho como siempre obedece a su amo y parte solo con su jumento. Fuera de la Sierra Morena llega a la venta en la que él y su amo habían estado antes y se encuentra con el cura y el barbero a quienes les cuenta todo lo ocurrido con el caballero andante (Cervantes I, 26). También les cuenta de la carta, la cual se había olvidado de traer consigo, y es en esta parte que entra a tallar el ingenio del cura, el cual crea una inventiva para elaborar la carta (ya que Sancho no la trae consigo) y para persuadir a Don Quijote de salir de Sierra Morena, lo cual nos describe la voz narrativa: “vino el cura en un pensamiento muy acomodado al gusto de don Quijote y para lo que ellos querían […]”, y el cura inventa disfrazarse de doncella y el barbero de escudero e ir donde estaba don Quijote a decirle que el primero era una doncella afligida que necesitaba un “don” de un caballero andante, enfatizando decirle a don Quijote que este no le pida quitarse para nada el disfraz que tenía puesto para que no lo reconociera (Cervantes I, 26). Vale resaltar lo que menciona la voz narrativa sobre el ingenio del cura, un “pensamiento muy acomodado a don Quijote”, lo cual comprueba que el ingenio del cura se acopla al del caballero. Esto demuestra el estudio de Huarte y que en esto se basa Cervantes, ya que presenta al cura con características “oviles” (seguidor) y al protagonista como la “cabra”, es decir, de líder del ingenio en esta comparación (246). Continuando con el ingenio del cura, este cambia de parecer en la historia y decide que sea el barbero quien se vista de doncella, y guiados por Sancho Panza, entran en la Sierra Morena en busca del caballero andante, pero el cura planea quedarse atrás con el barbero, mientras Sancho prosigue, ya que acuerdan en actuar como si no se conocieran y así Don Quijote no sospeche del invento (Cervantes I, 27). Al quedarse el cura y el barbero solos, se topan de casualidad con Cardenio, quien les cuenta toda su historia de amor y luego conocen a una doncella llamada Dorotea, quien tiene que ver con la historia de desamor de Cardenio (el hombre que le prometió amor a Dorotea, don Fernando, se había casado con la novia de Cardenio, Luscinda). Al igual que el ingenio de don Quijote, el del cura se queda corto, porque al explicarle a Dorotea y Cardenio su plan para convencer al caballero andante, Dorotea le da una sugerencia, la cual el licenciado toma para implementar su inventiva: Dorotea sería quien se vista como doncella angustiada y necesitada de un favor para así persuadir a don Quijote y tal como nota el licenciado en la obra, “se nos ha facilitado la que habíamos menester” (Cervantes I, 29), pues su ingenio ha favorecido a un cambio en la historia. Es decir, su ingenio se adapta y muestra la capacidad de salir del apuro y a su vez a que don Quijote ayude a resolver la problemática amorosa de Cardenio y Dorotea. De esta manera, se observa cómo el ingenio del cura y de don Quijote son comparables en los capítulos de las aventuras en la Sierra Morena, y en la siguiente parte se mostrará que la inventiva del primero resulta ser más efectiva que la del caballero andante para terminar de resolver la liberación del hidalgo del lío de su penitencia.
Como se mencionó al principio de este trabajo, poco se ha dicho del ingenio de los otros personajes en la obra magistral de Cervantes, particularmente el del cura, Pero Pérez, en la primera parte de la historia del hidalgo caballero. Quisiera entonces analizar la efectividad del ingenio como herramienta narrativa al contrastar las estrategias de don Quijote y el cura saliendo de la Sierra Morena. Lo cual pondrá de manifiesto cómo este último moldea la dirección de la trama de manera más significativa en momentos cruciales de la obra, resultando en el rescate del protagonista. Además, se analiza cómo este rescate limita el ingenio del Caballero de la Triste Figura. Prosiguiendo con el ingenio del cura, este crea una nueva inventiva: al volver Sancho, le dice que Dorotea es la princesa Micomicona del reino Micomicón que ha llegado a pedirle un favor a don Quijote, y según la voz narrativa, el licenciado también resuelve quedarse atrás con Cardenio para que el grupo de Dorotea, el barbero y Sancho logren el propósito de su inventiva (Cervantes I, 29). Tal como analiza Luis Miner y Olagasti, la caracterización del cura es una de un hombre sabio, “que puede ponerse en pláticas con personas del más esquinado genio y tiene hecha a toda costa estar recostado al parecer ajeno” (38-39). Además, se puede agregar que lo que hace el licenciado corresponde al ingenio según lo estudiado en el libro de Huarte, ya que se observan las esencias de “cabra” en el cura, pues es el líder de su inventiva, y a su vez, tiene características “oviles”, ya que se adapta al ingenio de don Quijote. Prosiguiendo con lo que pasa con la reina Micomicona, resulta que llega a donde está en penitencia el protagonista y después de contarle su historia, le pide que vaya con ella y que la ayude además que el caballero debe prometer que no se involucrará en ninguna otra aventura; todo esto tal como el cura había planeado. Don Quijote accede por ser este su deber como caballero andante: “Digo que así lo otorgo […]; y, así, podéis, señora, desde hoy más desechar la malenconía que os fatiga y hacer que cobre nuevos bríos y fuerzas vuestra desmayada esperanza” (Cervantes I, 29). El hidalgo queda convencido y en camino fuera de Sierra Morena, el cura usa su ingenio para que Cardenio y él puedan unirse al grupo de Dorotea, el barbero, Sancho y Don Quijote, cortándole las barbas a Cardenio y vistiéndolo de tal manera “que él mesmo no se conociera aunque a un espejo se mirara” (Cervantes I, 29). En este sentido, Miner y Olasagasti notan algo importante de resaltar con respecto al licenciado:
Don Quijote es el que va por delante del cura, llevando sobre la cabeza el cántaro viejo de las ilusiones, y […] que allí donde pone su mano sobreviene la catástrofe; y el licenciado es el encargado de componer, permítasenos la frase, la multitud de platos rotos que forman tras del hidalgo larga estela. (43)
Se muestra entonces que el ingenio del cura es más eficaz que el del hidalgo protagonista, y aún más se nota porque Don Quijote no reconoce a Cardenio (tampoco cuestiona por qué está el cura ahí), y finalmente regresa a la venta saliendo del encierro en Sierra Morena (Cervantes I, 29). Esto es algo relevante porque se deduce que este rescate es muy fructífero y que el plan del cura es productivo, e incluso consigue solucionar los conflictos de otras personas (Cardenio y Dorotea), mostrando que su ingenio supera la del protagonista en su habilidad. Sin embargo, también se nota que la acción del licenciado hacia don Quijote pone trabas al ingenio del caballero y no lo deja desarrollarse. Esto se verá con más amplitud en la última parte de esta investigación.
Continuando con lo que ocurre en Sierra Morena, el ingenio del cura logra sacar a don Quijote de su propio ingenio que termina atrapándolo por querer hacer una penitencia por amor. Pero, el objetivo final planeado por el licenciado es que Don Quijote regrese a su casa para encontrar un remedio a su “extraña locura”. Entonces, se plantea que ¿es en realidad un rescate a don Quijote, o es más bien una manera de limitar el ingenio del caballero? Aunque este ensayo no se adentra en otros capítulos de la primera parte, es preciso mencionar que es el cura Pérez quien fabrica y ejecuta la idea de quemar los libros de caballería de Don Quijote con el propósito de que este no salga a sus aventuras de caballero (Cervantes I, 6), lo cual muestra su potencial de impedir el ingenio del protagonista antes del episodio de Sierra Morena.
Después de Sierra Morena, Don Quijote usa su ingenio para planear cómo ayudar a la reina Micomicona y matar al gigante de su inventado reino, y así hacerle el favor de devolverle la corona, pero al llegar a la venta se queda dormido mientras el dueño de la venta, junto con los otros personajes, conversan acerca de lo sucedido en Sierra Morena. Luego, Sancho acude con gritos a decirles a los otros que su amo está luchando contra el gigante dentro del cuarto donde estaba durmiendo, pero resulta que no era un gigante, sino que eran cueros de vino tinto, y Don Quijote estaba luchando con ellos dormido, pero al despertar insiste en que era un gigante y que esa venta estaba llena de encantamientos a pesar de que Sancho le muestra los vinos (Cervantes I, 37). De esta parte se puede deducir que el ingenio de Don Quijote fracasa otra vez, pero este estudio cuestiona si en realidad falla, ya que puede haber otra interpretación en este caso, como menciona David Souto en su estudio del ingenio y el anonimato en el caballero andante:
El texto enfatiza en esas páginas cómo un individuo anónimo puede extraer legitimidad de su propia vida para desafiar entidades en principio superiores a él, gigantes, en este caso, según el ingenioso juicio de don Quijote. La derrota que estas grandes entidades sufrirán (sean gigantes en un plano ingenioso o mecanismos autómatas en un plano estrictamente real) será una derrota […] que tendrá como máximo valor el pasar completamente indetectada pero que sin embargo se expandirá víricamente en sus consecuencias disruptivas por todo el conjunto de la realidad (140).
Este análisis concuerda con lo dicho por Souto en que el ingenio de don Quijote no necesariamente cae en un error, sino que se adapta a lo ya inventado por el cura, y se subleva al adaptar su realidad según su ingenio para así lograr su propósito de ayudar a la princesa Micomicona (y cumplir como caballero), lo cual significa que debe derrotar al gigante (real o no) creado por el ingenio del cura.
Debido a la trifulca causada por don Quijote y los cueros de vino, el licenciado, Pero Pérez interviene y resuelve lo que ha hecho el caballero andante y le paga al dueño de la venta por todo lo destruido (Cervantes I, 37). Esto también demuestra la superioridad de su ingenio sobre el del hidalgo caballero, al punto que reinventa el propósito de la venta en una ‘Casa de salud’ en la cual, como menciona Miner en su estudio, “el licenciado se vuelve el director de la venta que sirve para curar a don Quijote de su locura” (60). Aunque sí se nota que ayuda y cura (irónico por el título de Pero Pérez), también se propone el control que ejerce sobre don Quijote, ya que “el cura es quien pule y ennoblece gradualmente la índole ética de don Quijote hasta colocarle en las manos de Dios para que él de sobre su obra los últimos toques” (Miner 41). En otras palabras, el licenciado usa su ingenio con el propósito de “enderezar” los pasos y las actitudes del hidalgo caballero para ponerlo en el camino correcto, a manera de restricción que a su vez se puede asociar con la censura religiosa por tratarse de venir de un clérigo.
Las trabas que impone el cura hacia el caballero andante toman su máxima expresión al final de la primera parte de la obra de Cervantes, ya que enjaula literal y figurativamente a don Quijote para encaminarlo de regreso a su casa. A continuación, se examinará cómo se llega a esto. Aun dentro de la venta, ocurren muchas otras aventuras, siendo una de las más resaltantes la casual llegada de don Fernando y Luscinda, así como un grupo de cuadrilleros que intentan llevarse preso a don Quijote debido a un encuentro que este tuvo anteriormente con la Santa Hermandad, pero finalmente el cura lo salva de esto al igual que paga todas las deudas de dinero y de molestias causadas por el caballero andante (Cervantes I, 43-51). Es decir, el cura se vale de su ingenio para ayudarlo incluso sin que este lo sepa, tal y como se cuenta en la obra:
Con todo eso, dijo el cura, por esta vez no le habéis de llevar, ni aun él dejará llevarse, a lo que yo entiendo. El cura, a socapa y sin que don Quijote lo entendiese, le dio por la bacía ocho reales, y el barbero le hizo una cédula del recibo […] Todo lo apaciguó el cura y lo pagó don Fernando (Cervantes I, 51).
Se podría interpretar a su vez que el ingenio del cura se acopla una vez más al de Don Quijote en la dicotomía de ingenio de cabras frente a oviles estudiada por Huarte en ayudar a Don Quijote (Huarte 268). Cuando el hidalgo nota que no tiene deudas, planea continuar con su aventura para devolverle el trono a la princesa Micomicona, pero el licenciado Pero Pérez vuelve a intervenir, esta vez usando su ingenio para encarcelar al caballero andante, según lo cuenta la voz narrativa:
Y lo que ordenaron fue que se concertaron con un carretero de bueyes que acaso acertó a pasar por allí, para que lo llevase, en esta forma: hicieron una como jaula, de palos enrejados, capaz que pudiese en ella caber holgadamente don Quijote, y luego don Fernando y sus camaradas, con los criados de don Luis y los cuadrilleros, juntamente con el ventero, todos, por orden y parecer del cura, se cubrieron los rostros y se disfrazaron […] de modo que a don Quijote le pareciese ser otra gente de la que en aquel castillo había visto. (Cervantes I, 51)
Como consecuencia, el cura logra finalmente que don Quijote regrese a su pueblo; engañado, sometido y manipulado por el ingenio del cura. En este aspecto, el análisis de Villegas del Hoyo resulta muy acertado cuando ejemplifica al cura persiguiendo a Don Quijote, comparándolo con la persecución de Jesucristo por parte de los Escribanos y los Fariseos, conduciéndolo luego a la venta donde lo atrapa y después lo pone en la jaula, de una manera doctrinal que Villegas define como ‘sociológica-religiosa’ (Villegas del Hoyo 49-50). Es decir, lo restringe con su ingenio que tiene poder social y a su vez religioso. De lo expuesto en esta parte, se puede deducir que el ingenio del cura prueba tener mayor capacidad para salir de los enredos, particularmente los causados por el caballero andante, pero a su vez se observa que tal ingenio se alinea con la inventiva de Don Quijote, es decir, de alguna manera se sumerge en el mundo que este crea. Finalmente, el ingenio del cura se rige a su moral social y religiosa, la cual usa como forma de poder para limitar al hidalgo caballero.
En resumen, queda claro que el análisis comparativo entre el ingenio exhibido por Don Quijote y el demostrado por el cura en la obra cervantina revela una compleja interacción entre ambos personajes y sus respectivas estrategias para enfrentar los desafíos que se presentan a lo largo de la trama (y que a su vez ellos mismos crean con su ingenio). Si bien ambos muestran una notable capacidad para idear tramas y resolver conflictos, se argumenta que el ingenio del cura, en ciertos contextos, se revela como más efectivo que el de Don Quijote, ejerciendo una influencia más significativa en el devenir de la historia. Su astucia y capacidad para manipular situaciones demuestran una habilidad estratégica que supera en ciertos aspectos la impulsividad y la fantasía desenfrenada del hidalgo. Por otro lado, Don Quijote, si bien muestra una creatividad innegable en la invención de sus aventuras caballerescas, a menudo se ve envuelto en situaciones caóticas en las que interviene el cura con su ingenio para rescatarlo y de muchas maneras también para limitarlo física y espiritualmente. Es importante destacar que ambos personajes son indispensables para el desarrollo narrativo de la obra, y sus ingenios contribuyen en gran medida a la riqueza y complejidad de la trama. El contraste entre los ingenios de los personajes crea un equilibrio dinámico que proporciona profundidad a la exploración de temas como el ingenio, la aventura y la crítica social. Esta investigación subraya la importancia del ingenio como una herramienta narrativa poderosa que enriquece la literatura y ofrece la apertura a nuevas interpretaciones sobre obras clásicas de la literatura hispana como el Quijote, y de la cual se espera que resulten más estudios en cuanto al ingenio de la narrativa en esta obra.
Obras citadas
Calero, Francisco. “Ingenioso e ingenio en el Quijote”. EHumanista, vol. 30, May 2015, pp. 139-47. Gale Academic OneFile, link.gale.com/apps/doc/A419764254/AONE?u=unlv_main&sid=bookmark-AONE&xid=f59c1c20. Accessed 18 Mar. 2024.
De Cervantes Saavedra, Miguel. “CVC. ‘Don Quijote de La Mancha’. Miguel de Cervantes.” Editado por Francisco Rico, CVC. Don Quijote de La Mancha. Miguel de Cervantes., Instituto Cervantes, 23 Sept. 2015, cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/default.htm.
Díez Borque, José M. “El año del Quijote en España: 1605.” Revista de literatura, vol. 68, no. 135, 2006, pp. 123–50, https://doi.org/10.3989/revliteratura.2006.v68.i135.5.
Gacto Fernández, Enrique. Sobre la censura literaria en el s. XVII. Cervantes, Quevedo y la Inquisición. Universidad de Murcia, 1991.
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